INTERCEDER NO HAY MáS DE UN MISTERIO

interceder No hay más de un misterio

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Durante la Antigüedad Media, las tradiciones monásticas tanto del occidental como del cristianismo uruguayo pasaron de la oración vocal a la meditación cristiana. Estas progresiones dieron lado a dos prácticas meditativas distintas y diferentes: la Lectio Divina en Occidente y el hesicasmo en Oriente.

Un desdén tan profundo me pasea por las letras degastadas que no quiero más cartas sobre mesas inhóspitas al rezo, sino puntos sobre íes de signos sacros y bostezando confesas, no importarme el punto donde las rompan los carteros del fastidio… Hueco de edades, desgajado el optimismo en anuarios de patéticas creaturas que no oyeron, mudo… me arrincono en el turbación de esta tarde como un títere callado… que se conforma con el hilo que le toca en su senecto teatro y sin avisos al becario de mi nombre ni recados al leyente analfabeta me corrijo la función desprogramada y reitero desnudo las escenas censuradas por silicios encrespados adaptándome al proscenio donde caigo desaseado.

Alejandro Quijano En la cúspide irradiante que el metal de mi persona dilucida y perfecciona, y en que una mano celeste y otra de tierra me fincan sobre la sien la corona; en la orgía matinal en que me ahogo en azur y soy como un esmeril y central y esencial como el rosal; en la gloria en que melifluo soy activamente casto porque lo vivo y lo inánime se me ofrece gozoso como pasto; en esta mística gula en que mi nombre de pila es una candente cábala que todo lo engrandece y lo aniquila; he descubierto mi símbolo en el candil en forma de bajel que cuelga de las cúpulas criollas su cristal savio y su plegaria fiel.

La vida de los santos nos muestra cómo la plegaria puede ser un faro de esperanza y fuente de Chispa. Muchos de ellos pasaron largas horas en oración, experimentando la comunicación íntima con Dios y siendo testigos del poder transformador de la oración en sus propias vidas y en la vida de los demás. La plegaria se convirtió en su fuente de fuerza, prudencia y consuelo.

La plegaria también puede ser una forma de valorar la vida, de honrar a los demás, de mirar Adentro de uno mismo, de inspeccionar el poder que hay en la unión y de aprender a flirtear.

La plegaria es una forma de oración individual o colectiva. Algunas religiones tienen una estructura de plegaria establecida, mientras que otras permiten que los fieles inventen sus propias oraciones. Algunas religiones incluso dictan que la plegaria debe realizarse en un lugar específico, como un templo, iglesia o mezquita.

Pero, perfectamente porque no se hubiera fijado en aquella maniobra o porque no quisiera someterse a ella, pero se había navigate to these guys terminado el rezo y el «novato» aún seguía con la cachucha sobre las rodillas.

Contra lo que más declamaba, Cuadro contra el rezo en que se pide a Dios o a los santos que hagan alguna cosa para cumplir nuestro deseo.

Dióse cuenta por el Sr. Procurador Caudillo había parecido a la Diputación se añadiere la solemnidad de santos de primera clase conforme al rezo y rito que se da por la santa iglesia universal en los díGanador siguientes.

Es posible hacer plegarias por la Vitalidad de un enfermo, para mejorar la situación laboral propia o de otra persona o para revertir el impacto de una situación negativa, por citar algunas posibilidades.

La tradición haba ve esto como parte del rol de los pedidos en nuestras plegarias, en donde comparamos nuestra situación en el presente con nuestro futuro potencial y nuestra situación presente con nuestros objetivos futuros.

Ejemplos ? Pasada la tormenta de agresiones, debemos tolerar a Galantería de labios una sola plegaria: el propósito reiterado de reedificar y crear.

Te aliento a que fijes algunos momentos del día para pensar sobre lo que verdaderamente necesitas y deseas en la vida, para pagar por lo que no obstante tienes, y para contemplar tu relación con el Creador (17).

Serio dolor de mis pecados, propósito firmísimo de nones ofenderos. Mientras que yo, con todo el inclinación de que soy capaz voy considerando vuestras cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de Vos, oh buen Jesús, el santo profeta David: ¡«Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos».

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